Gente Maravillosa

domingo, 9 de diciembre de 2012

Elle llegó a...




Elle llegó a casa cerca de las diez, sus padres la estaban esperando en el salón.
¿Dónde estabas jovencita? – le preguntó su padre con tono de enfado
En clase de gimnasia, os lo comenté ya – les explicó la chica
Si pero nos dijiste que la clase terminaba a las nueve – añadió su madre
Bueno si pero he parado en un Starbucks a tomarme algo y se me ha pasado el tiempo sin yo darme cuenta – alegó la joven
¿Una hora has tardado en tomarte un café? – le volvió a preguntar su padre
No he estado conectada al chat y se me ha pasado el tiempo, ya os lo he dicho – volvió a explicar la chica
Bueno, jovencita yo te creo y confío en ti – dijo su madre
Y yo también – alegó finalmente su padre
Pero ten el móvil encendido la próxima vez – añadió su madre
Es verdad, lo siento mucho lo apagué para la clase y se me ha olvidado encenderlo – dijo la chica
Bueno, ¿quieres cenar? – le preguntó su padre
No gracias me he llenado con la galleta que me he comprado – añadió la joven
Está bien, cenaremos nosotros – dijo su padre
Elle les dio un beso a los dos y subió a su habitación, que descuido había tenido, la próxima vez no se libra tan fácilmente. Se cambió y empezó a leer, en dos horas terminó “La Perla” y se durmió.
Estaba en el instituto, sonó el timbre y hubo una avalancha de alumnos, sus amigos pasaron en grupo, Elle los saludó pero no la oían, iban todo menos Eric, ¿dónde estaría?, se fue a buscarlo, a lo lejos lo vio en la puerta del laboratorio de ciencias, se acercó a él pero por más que le hablaba él no le oía, salió de la clase Penélope y acercándose a Eric le acarició el rostro y le besó, un beso dulce que todo pareja enamorada se daría, Elle empezó a sentir pinchazos en el pecho y poco a poco sus mejillas empezaron a llenarse de lágrimas, aunque nadie la viera ni la escuchara sentía vergüenza así que se fue al baño a llorar, estuvo allí horas o eso pensaba ella, se secó las lágrimas y se dijo a sí misma que no había nada por lo que llorar, Eric solo era su amigo. De repente un pitido la desveló era su despertador, ya era la hora de ir a clase, se tocó la cara la tenía húmeda, fue al bañó y se miró estaba rojo y acalorada, había tenido una pesadilla horrible que no quería volver a tener.



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