Me sonrojé
aquella carta me hacía sentir tan especial, decidí seguir las pistas, pero
antes me dirigí a la floristería de la madre de Roxy, pasé.
- Hola Suzanne, ¿podría
dejarte esto aquí?
- Ah, hola, pasa
Elle, déjamelo por aquí
- Gracias, hasta luego – me despedí
y abrí la puerta para irme, siempre sonaban esas campanitas a Roxy y a mí nos
encantaba jugar con la puerta para que sonaran cuando éramos pequeñas .
Me dirigí a la
parte sur del parque como me indicaba la carta y cerca del “Pozo de los tres
deseos” había un ramo enorme de rosas azules y blancas, era precioso me acerque y dentro del ramo había otra carta, esta vez
con el sobre azul, me la aproximé a la nariz y para mi sorpresa olía a
violetas, sé tanto sobre olores y flores por la madre de Roxy y porque mi
abuela tenía una jardín enorme lleno de un montón de flores en España. Lo abrí
y lo primero que me encontré fue una foto de un café parisino que había cerca
del parque. Leí la carta:
Vas por
buen camino, espero que te hallan gustado las flores son para ti. Seguro que ya
has visto la foto, París es una ciudad preciosa, pero como no te puedo dejar la
siguiente pista allí, este sitio lo sustituirá, ve a este lugar y la próxima pista
encontraras.
Esta no rimaba
pero me encantó, metí la carta en mi bolso junto a la otra, cogí el ramo de
flores y me dirigía a aquel café. No tardé mucho en llegar, estaba sonando en la radio una canción antigua de los Backstreet Boys, me encantaba esa canción, empecé a tararearla. De repente un camarero un camarero me paró por sorpresa, tal fue mi asombro que di un paso hacia atrás como reflejo, este me señaló un mesa donde había un batido de fresa al lado de un sobre rosa, me acerqué a la mesa y me senté di un sorbo al batido, que esta delicioso y mi curioso corazón me obligó ha oler el sobre, olía a un aroma de coco muy dulce pero nada empalagoso, noté algo dentro, algo pequeñito y me entró la curiosidad y la abrí.